Como cristianos, debemos ser conscientes del poder que tenemos en nuestras palabras. Tenemos la responsabilidad de utilizar nuestras palabras de manera sabia y considerada. El Apóstol Pablo nos exhorta en Colosenses 4:six a que «vuestra palabra sea siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Por último, me gustaría referirme al poder de la palabra por su enorme capacidad para trasmitir mentiras, tratando de captar la atención del interlocutor para decirle algo que en realidad no es cierto.
Por lo tanto, es importante que cuidemos y nutramos nuestro corazón, llenándolo de la Palabra de Dios y permitiendo que su Espíritu nos transforme. Solo entonces podremos utilizar nuestras palabras como un instrumento del amor y la gracia de Dios.
Es important que usemos nuestras palabras con responsabilidad y sabiduría. Debemos ser conscientes de cómo nuestras palabras pueden reflejar nuestro testimonio como seguidores de Cristo.
Cuando utilizamos nuestras palabras para bendecir y animar a los demás, estamos reflejando el amor y la bondad de Dios.
En Lucas six:45, Jesús nos dice que «de la abundancia del corazón habla la boca». Esto significa que nuestras palabras son un reflejo de lo que hay en nuestro corazón.
En el libro clásico de Robert Kiyosaki Padre Rico Padre Pobre, explica que en un momento de su vida se dio cuenta de que las personas realmente van creando sus vidas por medio de sus palabras.
Así se les reconoce la capacidad de estar hablando durante un periodo significant de tiempo sin que se pueda extraer de sus palabras una conclusión clara.
Por ejemplo, cuando digo “soy vago para estudiar”, o “nunca voy a llegar al peso que quiero” no estoy describiendo una situación, sino declarando una condena y generando mi realidad en foundation a esta afirmación.
Atacando a los demás, pensando que la validez de su mensaje les confiere el resguardo moral necesario para sesgar las vidas de website quienes se oponen o permanecen indiferente al mismo.
Recordemos siempre el poder de nuestras palabras y utilicémoslas sabiamente para glorificar a Dios y bendecir a quienes nos rodean.
El poder de nuestras palabras es innegable. Tenemos la responsabilidad de utilizar nuestras palabras sabiamente, reconociendo que tienen el poder de influir en los pensamientos y acciones de las personas.
Nuestras palabras deben reflejar el amor de Dios y la verdad de su Palabra. Debemos ser honestos y sinceros en nuestras palabras, pero siempre hablando con amor y consideración por los demás.
Recordemos que un día daremos cuenta de cada palabra que hayamos hablado ante Dios. Debemos ser conscientes de esto y usar nuestras palabras para honrar a Dios y beneficiar a los demás.